jueves, 19 de febrero de 2015

Los niños malos

Hoy quisiera pedirle un favor al mundo. A todos los adultos del mundo. Por favor, que se acaben ciertas frases cuando hacemos referencia a los niños. En concreto, todas aquellas frases que incluyen juntas las palabras "niño" y "malo". Y en especial, por favor, que se acabe eso de decírselas a ellos o decirlas delante de ellos. Son pequeños, no sordos. Son pequeños, no tontos. Y desde luego, son pequeños, no malos.

Hay niños traviesos, hay niños revoltosos, hay niños menos obedientes, hay niños de todas las clases y colores. Exactamente igual que los adultos. Pero no hay niños malos. Hay niños mal educados, niños mal entendidos, niños con problemas, niños con ganas de llamar la atención...

Estoy harta de escuchar a abuelas, madres, tías, amigas, conocidas, vecinas, etc. (y todo eso, lo mismo, en masculino también) soltar y quedarse tan panchas que un niño es malo. Y hablo es masculino porque es más rápido, y es el genérico que de toda la vida se ha usado y no por eso soy machista, que el machismo va más allá de hacer económico el lenguaje. Pero también hago referencia a las niñas, por supuesto. Aunque ya hablaré otro día de ese estereotipo de "niño malo, niña buena".

Veamos, adultos del mundo, ¿creéis acaso que los niños tienen una conciencia consolidada y firme de su propia identidad y personalidad? ¡No la tenéis ni vosotros! ¿Qué esperáis que ocurra al decir a un niño que es malo? ¿Que se dé cuenta del gran error que ha cometido por tirar su juguete por la ventana y pida perdón, jurando que su pasado delictivo ha quedado atrás? Por favor, seamos serios. Que el tema lo es. Y el vicio es grande, va a costar corregirlo. Porque no importa donde vayas, ni en qué familia te metas, dales tiempo... saldrá el niño malo por alguna parte. Todos lo hemos oído alguna vez haciendo referencia a algún niño.

Los niños, prestad atención a esto, no saben si son buenos o malos. ¿Sorprendidos? Pues así es. Los niños ni siquiera tienen una conciencia clara del bien y el mal. Tienen una moral heterónoma, les viene dada de fuera. Son los adultos de refrencia de ese niño quienes le van a decir lo que está bien y lo que está mal, lo que es correcto y lo que no. Y lo más triste de todo, son esos mismos adultos los que en los primeros años de su vida le van a decir quién es. ¿De verdad queréis decirle que es alguien malo? Porque una persona mala no tiene opción a hacer cosas buenas, una persona mala sólo puede hacer cosas malas.

Trasladémonos a la mente de un niño por un instante "soy malo, luego sólo puedo portarme mal". Si un niño toma conciencia de que es malo, crecerá con la convicción de que la opción de ser bueno no existe para él. Porque la maldad es algo que es. Tened en cuenta que no estáis diciéndole que el ser malo sea algo transitorio, o que se le ha colado sin avisar. No, le estáis diciendo que es malo. Que ser malo es una característica de su personalidad, es un rasgo que le define. Que siempre lo será. Que no puede cambiar eso. Lejos de conseguir que se porten mejor, lo que haréis será afianzar su mal comportamiento porque lo entenderán como algo intrínseco a ellos.

Habrá quien piense que exagero, igual que hay quien toma a los niños por tontos y se pasa la vida quitando importancia a lo que piensan o sienten. Esas personas no deberían educar. Y perdonad que sea tan radical, pero estoy cansada de ver a tantos y tantos adultos que no consideran que un niño pueda tener sentimientos, emociones, ideas, gustos, opiniones, personalidad, estrés, preocupaciones, etc.

¿Tanto trabajo costaría decirle a un niño, cuando hace algo que no está bien "eso que has hecho no está bien, tú eres bueno, pero en esta ocasión te has portado mal"?

Te estás portando mal.

¿Alguien más percibe la diferencia entre "te estás portando mal" y "eres malo"?

Por favor, adultos del mundo, dejad de una vez de decir a los niños que son malos. No cuesta tanto darles la ocasión de entender que son buenos, y que han cometido un error. Que confiais en ellos y sabéis que pueden subsanarlo para la próxima vez. Que hay segundas oportunidades, que estáis ahí para guiarles, apoyarles y entenderles.

Los niños no son malos, en ocasiones se portan mal. Enseñadles a hacerlo bien, en lugar de juzgarles y ponerles la etiqueta de "niño malo". No son una camiseta, las etiquetas no se pueden cortar tan fácilmente. Vigilad vuestras palabras.

2 comentarios:

  1. Y cuanta gente se habría ahorrado conflictos internos y luchas titánicas contra el "yo" que refleja el espejo más tarde si quienes no deben de educar no hubiesen tenido voz y voto...

    Gracias.

    ResponderEliminar