viernes, 6 de febrero de 2015

Por qué las madres gritan a sus hijos

Ayer caminaba por la calle y vi una a madre que se bajaba de un coche con su hijo y, sin que el niño se moviera de su lado, vio pasar un coche cerca y le gritó "David no te apartes del coche". Esa situación me hizo preguntarme por qué esa mujer le había gritado, por qué en algún momento todas las madres acaban por sucumbir a gritar a sus hijos.

Me encantaría poder hacer una encuesta sobre lo que piensa el resto de la gente que hay detrás de esos gritos, o si alguien alguna vez se ha preguntado ese por qué. Pero, lamentablemente, esto lo escribo yo sola y no puedo añadir otras opiniones.

Lo que más frecuentemente he oído como respuesta a por qué gritan las madres a sus hijos son frases como "porque no escuchan", "porque sólo hacen caso cuando se les grita". No daré mi opinión sobre esas aberrantes excusas para justificar un grito, aunque creo que ya la he dado sin querer. También he oído cosas más elaboradas (algunas de ellas incluso las he dicho) como "porque ellas están frustradas y enfadadas y por eso gritan, para desahogarse". Lo cierto es que, a veces, es así. Gritamos para desahogarnos. Para hacernos oír por encima del resto.

Pero no, ayer al fin di con la respuesta que más me convence del motivo real por el que gritan las madres a sus hijos: para ahorrar tiempo. Esa madre que gritó a su hijo no lo hizo por estar frustrada o enfadada (tal vez lo estaba, no lo sé, pero ese no fue el motivo). Lo hizo porque vio en peligro a su hijo y el grito era la forma más rápida de protegerle. Cuando vemos que nuestro hijo va a cruzar la calle sin mirar no le gritamos porque no vaya a obedecer de otra manera, le gritamos para no arriesgarnos a que no obedezca. Es una forma de imponer la autoridad de manera rápida. Y, en esas circunstancias, la rapidez es esencial. La rapidez salva su vida. La rapidez garantiza su protección. ¿No es eso lo que cualquier madre busca?

Bien, hasta aquí la forma bonita de gritar para ahorrar tiempo. Veamos la otra cara. Cuando una madre regaña a su hijo a gritos, ¿su vida está en peligro? La mayoría de las veces, no. Entonces, ¿también grita para ahorrar tiempo? Sí. Ahorrar tiempo en darle una explicación razonada, en un tono normal, de manera que entienda por qué tiene que hacer/tiene que dejar de hacer lo que sea que haya causado la regañina. Esa madre podría emplear un tiempo muy largo en explicar a su hijo todo de manera que la parezca aceptable y razonable hacer lo que ella requiere, un tiempo que no siempre tiene o está dispuesta a emplear en esa labor. De manera que utilizada el método "ahorrar tiempo", el grito. El niño obedece, y se consigue todo de manera rápida y eficaz.

Soy madre, y en más de una ocasión he gritado a mi hija. En todas y cada una de ellas me he sentido culpable después. Me pregunto si al resto de las madres les pasa lo mismo.

Vivimos en un mundo de prisas, de hacerlo todo ahorrando tiempo. Pero educar a gritos no es la mejor manera. Jamás entenderá las razones si no se las explicas, y jamás podrás parar de gritar.
He visto a niños sorprenderse por recibir una explicación ante una mala acción en lugar de un grito. He visto a adultos sorprenderse porque otro adulto razone con un niño pequeño, intentando explicarle las cosas en un tono normal y tranquilo. No siempre lo van a aprender a la primera por razonarlo con ellos, tendrás que explicarlo más de una vez. Pero gritando jamás lo entenderán, y jamás podrás dejar de gritar. Y, lo más triste de todo, es que llegarán a aprender que en el mundo las cosas se resuelven elevando la voz y no ofreciendo una explicación a quien no te comprende.

No olvidemos que somos su modelo a seguir. Es algo que debemos tener presente a todas horas. Ahorremos tiempo cuando sea imprescindible, cuando esté en juego su seguridad. Pero, cuando podamos ofrecer una explicación pausada, tomemos aire, armémonos de paciencia, e intentemos hacer las cosas despacio. A la larga, estaremos ahorrando tiempo.

2 comentarios:

  1. Trataré de recordarlo cuando me llegue el turno... ;-)

    Gracias.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cuando te llegue el turno lo harás genial, estoy convencida.

      Eliminar